lunes, enero 08, 2007

At the Mountains of Madness

Siento haber dejado el blog desamparado e indefenso durante estos ocho primeros días del 2007, pero es que al no tener tiempo entre tanta fiesta y tanta resaca postparto, no he podido ocuparme de mis principales quehaceres, pero tranquilos, ya he vuelto a la rutina más esplendoroso que nunca.

Todo el mundo conoce ya a estas alturas a Guillermo del Toro, personaje que esta triumfando (ya era hora) y reconocido por la crítica y público con su espléndida película "El laberinto del Fauno" (2006). Pues bien, entre sus próximos proyectos, entre los que se encuentran "Hellboy 2: The Golden Army" (2008), podemos encontrar la adaptación cinematográfica de uno de los relatos más impresionantes y terroríficos que he tenido el placer de leer nunca. Se trata de "En las montañas de la locura" de H. P. Lovecraft. Pues bién, gracias a Guillermo, se ha dado a conocer parte del acto 1 escrito en el guión. Sencillamente increible:

"Octubre, 1939, Hobart (Tasmania)

Pescadores australianos faenando se encuentran un destrozado barco ballenero... el Arkham! Abordan el barco, que parece estar abandonado, y encuentran cientos de objetos extraños y bizarros. El patron del pesquero examina un conjunto de latas con rollos de cine de 35mm... en la etiqueta indica: Universidad de Miskatonic, Expedición Antártica, 1930.

Siguen investigando y encentran un cuarto cerrado. Tras tirar la puerta abajo se encuentran con un loco, agachado, jadeando, los ojos en frenético movimiento, el único superviviente. Cuando intentan acercarse a el, este salta blandiendo un hacha así que no tiene más remedio que dispararle. Cae sobre sus rodillas dejando ver una espeluznante mueca repleta de dientes rotos. Su larga melena grisacea y su esmirriada barba el dan un aspecto demacrado... sus ojos de color azul pálido transmiten un terror indescriptible.

En la siguiente escena vemos a Alan Starkweather, uno de los veteranos del puerto pesquero de Hobart. Vemos noticias sobre la desparición, hace ya una década, del ballenero Arkham y su barco acompañante, el Miskatonic. Starkwather con su cónsul llegan al hospital donde el loco ha sido hospitalizado. Entran en la habitación donde yace el superviviente sujeto por grilletes. Cuando Starkweather comenta que va a partir muy pronto hacia la Antártica, el loco le agarra por el brazo y le pide que no vaya.

Poco después nos enteramos que el loco se llama William Dyer, un profesor adjunto de la Universidad de Miskatonic que estaba en la expedición.

Tenía 25 años cuando dejó la Universidad para enrolarse en la expedición, a partir de ese momento y en modo de flashback retornamos a Miskatonic y vemos la historia que nos narra. Fue contratado por el doctor Gilman Lake, director del departamento de biología, junto a otro gripo de gente: Atwood, Pabodie, Fowler y Walter Danforth, el mejor amigo de Dyer y un eminente geólogo. Vemos a Bob Gedney, cámara, y a su joven hermano Pip.

El viaje que tenía pensado el Dr. Lake era de investigación y descubrimiento. La Antártica prometía innumerables riquezas fósiles y por ello importantes claves que explicaría el origen de las especies. También vemos a Anne, la mujer de Dyer que está embarazada. No quiere que Dyer se vaya a la expedición. Acto seguido vemos como Lake le enseña a Dyer parte de un fósil de una monstruosa criatura que se recuperó de un viaje anterior a la Antártica.

Al momento nos encontramos en mar abierto con dos balleneros reforzados para las duras condiciones climáticas de su destino. Son el Arkham y el Miskatonic, estamos en 1930. También vemos a Ian Larsen, un musculoso, adicto a las peleas y tatuado canadiense encargado de los perros de la expedición, junto a él Jun Gunnarson, un larguirucho danés. Visten como si estuvieran en el trópico...

Dyer tiene sus primeras pesadillas en donde conoce al Hombre Oscuro, acto seguido despierta de su sueño para ver que el Arkham choca contra el huelo antártico... han llegado a Las Montañas de la Locura!

Una impresionante columna de montañas se levanta ante ellos. Con unos picos afilados y desafiantes rasgan el cielo dejando pasar algunos rayos de sol. Dos volcanes lejanos envían impresionantes columnas de humo hacia un cielo en forma de bóveda púrpura repleta de nubes heladas. Dyer asegura que esas montañas superan todo lo imaginable, dejando al monte Everest a la altura del betún. En lo más alto, a través de las nubes, creen ver estructuras bizarras, antinaturales, extrañamente simétricas... ¿cómo si fueran edificios? No es posible. ¿Quién podría haber construido eso allí?, ¿quién podría haber sobrevivido en un clima tan mortífero como este? La respuesta, que se hará evidente muy pronto, es que nada humano puede haber realizado eso!"

No hay comentarios: