En el Valle de Elah

¡Qué grande que es Tommy Lee Jones! Quería empezar este post con la frase anterior y es que la interpretación del actor es simple y llanamente perfecta.

Paul Haggis, director de la aclamada "Crash" y guionista de "Million Dollar Baby" y "Casino Royale", entre otras, dirige y escribe "En el Valle de Elah", un film sobre las duras consecuencias de la guerra de Irak y de qué manera puede succionar cualquier indicio de humanidad a los soldados enviados allí. Y vosotros pensaréis "¡vaya, qué novedoso!", pero la verdad es que no os podéis hacer una idea de lo magnífica y grandiosa que llega a ser, distanciándose muchísimo de todas las películas de la misma temática que se han estrenado hasta ahora.

Hank (Tommy Lee Jones), veterano de guerra americano, debe investigar la desaparición de su hijo Mike, soldado destinado en Irak que misteriosamente se ausenta sin permiso de su base. Con la ayuda de la detective Sanders (Charlize Theron) y de su mujer (Susan Sarandon), irá reviviendo las experiencias del muchacho en Irak. Lo que descubre le hará incluso cuestionarse su propia carrera militar...

Una durísima e inteligente crítica a las altas esferas americanas y, esencialmente, a la guerra, aliñada con un guión lleno de matices donde se nota que está escrito por el mismo director. Una puesta en escena que puede recordar al mejor Eastwood (salvando las distancias, claro) y unas interpretaciones sublimes, de las mejores vistas en años. Todo esto hace de ella una película esencial, de obligada visión, que nos libra de las habituales diatribas y de las frases hechas y apologías sobre lo bueno y lo malo. No ha gustado mucho a los americanos más conservadores por razones más que evidentes (sólo fijaros en la posición de la bandera en el póster). De hecho, el film sólo ha conseguido una nominación a los Oscars (la de mejor actor). Lo que sí está claro es que al señor Haggis hay que seguirle la pista.

La escena: Cuando Hank descubre el significado de "Doc", apodo que le habían puesto los soldados a su hijo. Un gancho directo al alma.