jueves, febrero 22, 2007

Post 100


Éste es mi post número 100. La verdad que me siento como si lo hubiese explicado todo y nada a la vez. Lo mismo que pasa conmigo en estos momentos. Y hace días me preguntaba qué tipo de post, en modo de celebración, podría colgar. Porque 100 son muchos, creedme. Pero a medida que iban pasando los días me daba cuenta del delicado momento que inexorablemente está combiando mi vida y mi forma de ver las cosas. Y es así que, de forma purgatoria, he decidido explicaros lo que veo que será de mi vida intentando ser más breve que un susurro.

Como ya sabéis estoy acabando la uni, y trabajando a la vez. Y es ahora mismo donde se empieza a notar la brisa de responsabilidad a la que tendré que aferrarme para llevar una vida más o menos normal, por así decirlo. Pero hay una serie de cosas que me lo impiden.

Primero de todo es que aún no he perdido mi punto de vista utópico de la vida, o lo que es lo mismo, la ilusión por hacer algo que me realmente desee, y buscar aquello a lo que tanto he esperado. Esa chispa, esa luz que me ilumine dejándome ciego de esperanza. No sé si en septiembre o octubre, haré un viaje que llevo muchísimo tiempo planteándome. Un viaje que me abra mi obtuso horizonte, y que me ayude a contemplar los mejores amaneceres que la vida aun no me ha dado. Será lejos, no sé si en la Tierra del Fuego o en Sud-América, eso sí, lo más lejos posible. Y no para olvidar mi vida actual, al contrario, sinó simplemente para buscar el camino que tendré que seguir para llegar a mi sino que tanto tiempo he estado esperando. Y éste es el estar satisfecho con lo que hago, sin perder mis raices ni los pilares que tanto tiempo me han estado soportando. Y esto lleva al segundo punto:

Dedicarme al cine. Cuando vuelva de mi viaje redentor, haré todo lo posible para aportar algo, sea un grano o una roca, al séptimo arte. Y así lograr apaciguar a ese perro que tengo como alma.

Ya sé que pido demasiado, y también sé que a poca gente le interesa lo que haga y deje de hacer, pero lo que sí que es cierto es que esto ayuda muchísimo y deberíais de hacerlo, como el simple hecho de gritar o llorar. No es conforméis con lo que la sociedad os pida que hagáis, dejaros llevar por los impulsos que rigen vuestro bienestar, sean o no cosas imposibles. Todo el mundo, aunque no lo reconozca, se siente igual que yo. Hemos hecho muchas cosas y a la vez nada. Y si saltando por la borda tengo que alejarme del seco resguardo de mi ropa y del recto trayecto que sigue mi velero, pues que bienvenida sea el agua.

Muchas gracias a todos por ser como sois.

1 comentario:

Sergio Lesmes dijo...

Volad, gaviotas, volad, anidar en el horizonte donde el techo sea un sueño, y el mismo faro que os guie sea la base y pilar de vida del que provenís!!!

Dicho de forma poetica y/o cursi (en este caso), aprecio un sentiminento que comparto y necesito como tu. Alejarse de lo k tienes pa conozer lo que necesitas, y luego volver a conseguir tener lo que tanto as necesitado y has ansiado recibir desde lo lejos (no se si me explico...)

Total, que la utopia que supone dedicarse al arte (tu al septimo, y yo....weno no se contar) se puede convertir en realidad cuando realmente sigues el camino socialmente incorrecto para el progreso visto desde la sociedad actual; es decir el camino que te lleva a experimentar lo imposible, y la grandeza de convertirlo en realidad. Aunque solo sea en tu corazón.

¿Volamos?