lunes, octubre 29, 2007

El "Faceplant"

Definición: Comida de suelo con la cara como consecuencia de un acto de chulería máxima, para demostrar a sus espectantes amigos las cosas guais que el protagonista sabe hacer.

Efectos secundarios: Mucho doloooooor.













Y de regalo, os dejo este vídeo que aunque no sea un "faceplant", sí que se la come con patatas.

Spots

Los anuncios publicitarios de Sony Bravia destacan por su increible imaginación y su ya evidente colorido. Una mezcla de creatividad, grandes azañas y, por supuesto, muchísimo dinero. Y un claro ejemplo son sus dos nuevos spots publicitarios. Unos spots ejemplares de esos que crean escuela.

Pyrmaid




Play Doh Ad (la canción es "She's a Rainbow" de los Rolings)

Destino Final: Vietnam


Hola de nuevo. Y a retrasadas disculpas, perdón por este lapsus de tiempo imperdonable en el que no he colgado ni un puto post, incluso tratándose de la parte final de mi viaje, que no es poco.

Vietnam, tierra de guerras y paraisos, de arenas blancas y motocicletas trucadas, de casas coloniales y perros fritos. Un país que ni al más obstinado deja indiferente. Un país donde los segundos se convierten en eternidad, donde cada bocanada de aire que tomas sabe diferente, donde las experiencias extremas están a la vuelta de la esquina. Definitivamente, el mejor viaje de mi vida.

En el último post ya os estaba escribiendo desde Ho Chi Minh, que aunque no sea la capital, podría muy bien tratarse de ella, básicamente por sus casi 8 millones de habitantes y sus 3,5 millones de motocicletas. Una auténtica salvajada.Estubimos dos días en la ciudad, andando de arriba a abajo, visitando bares y vomitando arroz. Al final, cansados de simplemente divagar por las calles, como dos gotas de aftersun bajando por la espalda de un orondo guiri, compramos un billete de bus para que nos llevase a visitar gran parte del Delta del Mekong. Y así hicimos. A las 6 de la mañana del día siguiente (hora clave en nuestro viaje ¿por qué?), cogimos un bus que nos llevó hasta el delta. Allí nos juntamos con un grupo de guiris la mar de cachondos. Nos hicimos con una canoa que nos llevó por los intrínsecos canales del rio. Total, que acabamos de palmeras y aguas marrones hasta la rabadilla. El trayecto era lo más parecido al Tutuki Splash de Port Aventura pero sin chicles en el techo de la cueva.

Estubimos un total de tres días en el Delta, viendo mercados flotantes, criaderos de peces, haciéndonos la fotografía de rigor con una boa con menos vitalidad que Stephen Hawking, saliendo de fiesta por las ciudades con dos maricas que nos tiraban la caña a muerte pero que al final vieron que cualquier esfuerzo era en vano, comiendo marisco a las 2 de la mañana en un mercadillo nocturno, haciendo viajes mortales con una furgoneta llena de 20 personas y conducida por un ebrio conductor de mierda, visitando pagodas con exuberantes vistas, etcétera.

Tres días después, nos volvimos otra vez para Ho Chi Minh para ir hacia el Norte de Vietnam. Para ello cogimos un autobús (que originales) hacia Nha Trang, ciudad costera con menos vida que una despedida de solteros mormones. Vendría a ser como la Lloret asiática. Horrible. Nada más llegar, nos dimos cuenta de que durariamos bastante poco allí. Así que para remediar de alguna forma, nuestra indeseada estancia en ese lugar, nos hicimos con unas diez películas en dvd, piratas evidentemente. Durante un día entero estubimos mirando películas sin parar, novedades que aún no se habían estrenado.

A la mañana siguiente salimos pitando hacia uno de los sitios con más encanto y más auténtico de Vietnam, Hoi An. Una pequeña ciudad colonial, a 2 Km de la playa, de visita obligada para todo el mundo, donde cualquier paseo por sus intrigantes y curiosas calles repletas de comercios y mercados de colores te enamoran, provocando una sana nostalgia y deseando pasar allí los últimos días de una añeja vida. Allí nos estubimos dos días (saben a poco), pero los aprovechamos al máximo: fuimos de compras, alquilemos una moto para ir a la playa, salimos de fiesta con dos peruanas, Úrsula y Daniela (dos peruanas que nos acompañarían hasta el final de nuestro viaje), etc.

Dos días después partimos hacia la capital, Hanoi. Una ciudad inmensa, con una barrio antiguo acojonante, con una maraña de callejones para perderte durante un día entero.

Al día siguiente nos decidimos por ir al sitio más icónico del país: La Bahía de Halong. Durante tres días disfrutamos de las maravillas que nos ofreció este singular paraje. Sus puestas de sol, sus embarcaciones caraterísticas, sus remotas cuevas, sus profundos atolones, la densa jungla de las islas, sus paseos en canoa, y un sinfín de situaciones difíciles de describir por su alto contenido honírico.

Y el broche final. Sin duda lo mejor de nuestro viaje: Sapa. La parte montañosa del país, hace frontera con China. Singular por sus majestuosos paisajes. La típica imagen de las terracitas de arroz en unas gigantescas montañas verdes, con la autenticidad propia de los indígenas que aún no se han dejado atrapar por la civilización del turismo. Paseos por los campos de bambú y las cascadas más impresionantes. Durante esos cuatro días, Jordi y yo viajamos con ese sentimiento de nostalgia que nos hacía incrementar las ganas por quedarnos muchos más días en ese sitio. Con ese angustioso pesar por el hecho de que dos días después os tendriamos que despedir de esa absoulta maravilla, y de nuestro utópico viaje.

Sin duda alguna, la mejor experiencia de mi vida que ha servido para replantearme muchas cosas en esta vida y que ha dado pie a un futuro de nuevos viajes y a la búsqueda de ese destino profesional que nunca antes había tenido tan claro.

¡¡¡Viajad!!!

El resto de las fotos las podéis ver aquí y dentro de una semana colgaré el vídeo documental del viaje: